El tema de la educación en todos sus sectores es crucial en nuestro desarrollo como personas y en el desarrollo propio de la sociedad. Así pues, en la actualidad nos encontramos en un momento crítico y fundamental de la educación debido a los numerosos cambios que ha sufrido, sobre todo en el caso de España, en un período de tiempo tan breve.
Así pues cuestiones como cual es su importancia en la actualidad, el papel que desempeña en la sociedad, el sistema de valores que transmite y los principios que los sustentan son algunos de las razones más interesantes a debatir. Por lo que a continuación intentare de manera sintética exponer algunas reflexiones al respecto que puedan dar lugar al inicio de un debate.
Como todos sabemos, hoy en día la educación va más allá de la simple transmisión de conocimientos por lo que los buenos docentes deben fomentar el desarrollo de habilidades y destrezas tanto profesionales como personales, lo que se conoce como un aprendizaje en competencias.
Concretamente nos referimos a los cuatro pilares de la educación que según Jacques Delors (“La educación encierra un tesoro, 1996”) son aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser.
Valores como la creatividad, el sentido crítico y el trabajo en equipo son promovidos bajo los principios de igualdad, solidaridad y tolerancia. Pero para que verdaderamente se consiga esta finalidad de manera eficaz es necesario una transformación innovadora y un nuevo modelo para la formación de los estudiantes.
La escuela ocupa así un lugar importante en la sociedad, ya que la adquisición de una buena educación es esencial para el posterior desarrollo personal. Y es que el fenómeno de la globalización conlleva competencias mundiales, por lo que las instituciones de educación se enfrentan al desafío de transformarse para integrarse al desarrollo global. De hecho el sistema universitario español está en plena implantación del Plan de Bolonia, ya que la programación de estudios anterior no contempla la formación integral de los estudiantes como personas profesionales creativas, críticas, flexibles, capaces de transformar la sociedad actual en una sociedad más justa, con valores y ética profesional.
A todo esto hemos de añadirle la creciente integración en la educación de las tecnologías y los medios informáticos que bridan infinitas oportunidades de información y aprendizaje.
No obstante, también se está produciendo no solo un cambio del sistema estructural educativo sino un declive de la figura del profesorado. Y es que antiguamente los docentes disfrutaban de un gran reconocimiento y respeto social siendo muy valorados y admirada su labor. Pero en los últimos tiempos estamos siendo testigos de autenticas barbaridades y atentados contra su dignidad y su persona. Por lo que se han adoptado posiciones extremistas que se han balanzeado de un vértice a otros, puesto que del máximo respeto y autoridad que imponía el magistrado hemos pasado al colegeo, faltas de actitud e incluso humillaciones y aberraciones. De muchos profesionales de la educación sufren bajas por depresiones, estrés o fobias.
En definitiva y por lo tanto yo me planteo y me preguntó ¿dónde se encuentra la verdadera educación?, ¿cuál es la metodología más apropiada para un buen sistema educativo?, si ha de tenerse en cuenta a todos sus participantes ¿por qué no se hace?, ¿hasta dónde llega la función docente?, etc.
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