jueves, 28 de abril de 2011

AUTISMO

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La exposición que en esta entrada nos acontece gira sobre “Autismo”, temática que tuvimos el gran placer de conocer de la mano de nuestras compañeras María Morejón, Inmaculada Olivera y Marta Paneque. Se trata de uno de los colectivos más desconocidos en general para los allí presentes y me incluyo ya que es escasa la información que poseo al respecto, no habiendo tenido nunca ningún tipo de acercamiento. Así que es un tema que suscito mi interés y llamo mi atención pues siempre es de agradecer el hecho de adquirir nuevos conocimientos que nos permitan enriquecer nuestro aprendizaje. Sin más adentrémonos pues en el complejo pero apasionante mundo del autismo.

En primer lugar para situarnos comenzare por su definición ya que son numerosas las ideas previas que mantenemos ante esta cuestión, no correspondiéndose muchas de ellas con la realidad. Así pues por lo general la sociedad al preguntarse ¿qué es el autismo o que entienden por ello? Suelen hacer referencia a:

              - Es una enfermedad que supone un retraso mental,
                una discapacidad intelectual.
              - Son personas que no se relacionan ni comunican con el resto.
              - Están ausentes pues se han creado un mundo paralelo.
              - No responde ante nada, como si tuvieran una alteración en los sentidos.
              - Son personas con grandes talentos.

Pues bien, esta es quizás la imagen del autismo que se ha difundido o propagado especialmente a través del cine y los medios de comunicación. Casos de autismo severo llevados al extremo para que produzcan un impacto visual que es precisamente lo que pretenden. Al decir este término rápidamente a la gran mayoría de personas les asalta a la mente el perfil de un niño arrinconado con balanceos y encogido de pies y brazos, típico de películas como “Sueño de una noche de invierno”, “Rain Man” o “Miracle Run”. Estereotipos creados que como bien afirma Mari Cruz Dasilva, presidenta de Por Dereito, pueden hacer mucho daño. Abandonemos pues las ideas preconcebidas al respecto, ya que el autismo es un trastorno del desarrollo que afecta a la comunicación, imaginación, planificación y reciprocidad emocional, de ahí que sus principales síntomas sean la dificultad o incapacidad para la interacción social, su aislamiento e incluso movimientos incontrolados de alguna extremidad.

No obstante el autismo no es una enfermedad, sino un trastorno producido por una alteración biológica que afecta a la socialización de las personas constituyendo una discapacidad que suele manifestarse durante la infancia aunque se desarrolla a lo largo de toda la vida. Por el momento no existe ningún tratamiento curativo pero a través de ciertas terapias como la equinoterapia y sobre todo desde el ámbito psicoeducativo se han producido grandes avances, paliando los síntomas y mejorando la calidad de vida y el bienestar de estas personas y de todo su entorno. No obstante las terapias con animales (caballos, perros o delfines), la musicoterapia, fisioterapia o el arte producen una situación gratificante para el sujeto mejorando su socialización y comunicación aunque no se puede constatar su eficacia.

(Para profundizar mirar el siguiente enlace: http://www.manitasporautismo.com/el_autismo.html)

Antes de seguir avanzando considero oportuno y preciso clarificar que el “autismo” popularmente conocido por todos y de manera general utilizado para englobar otras patologías, es sólo un trastorno específico que se encuentra incluido bajo la denominación de Trastorno Generalizado del Desarrollo o Trastorno del Espectro Autista (TGD o TEA), donde según la Asociación Psiquiátrica Norteamericana se ubican el trastorno autista o síndrome de Kanner, el síndrome de Asperger, el trastorno desintegrativo infantil, el trastorno generalizado del desarrollo no especificado y el trastorno de Rett. La propia Organización Mundial de la Salud también emplea el término de TGD, aunque esta denominación no es estrictamente correcta ya que el desarrollo no se ve afectado de manera global o generalizada en estas personas.

Por lo tanto las personas autistas presentan dificultades en diversas áreas como el habla, las destrezas sociales y su comportamiento. La cuestión es que no gestionan la realidad de igual manera que el resto, sino que mantiene una visión diferente ante las cosas de ahí que para ellos sea muy importante la organización y secuencia de los hechos. El orden, la sucesión de hechos, la frecuencia o la continuidad de todo es crucial, pues necesitan esa rutina para poder comprender su entorno utilizando en la mayoría de los casos pictogramas para poder desenvolverse ya que entienden la vida a través de ellos. En este apartado sobre la importancia de los hechos secuenciados y de los pictogramas, los cuales están individualizados y adaptados a cada sujeto, es donde mayor hincapié hicieron las compañeras a lo largo de toda la exposición. Y es que la severidad de los síntomas varía ampliamente y las tipologías de trastorno también ejercen una gran influencia por lo que cada individuo es totalmente diferente a otro aunque compartan incluso el mismo síndrome requiriendo un tratamiento muy especializado de ahí quizás también la gran complejidad de trabajar con este colectivo junto con su dificultad de relación y comunicación.

(Para comprender un poco mejor la mente de una persona autista es aconsejable la lectura del libro “Pensando en Imágenes”, cuya autora Temple Gradin es autista de alta funcionalidad y explica que los procesos mentales en el autismo son diferentes, así como el visionado del corto documental “María y yo”).

¿Qué caracteriza por tanto a este colectivo?. Es lógico que después de lo comentado nos planteamos cuales son aquellas características o similitudes que mantienen las personas con autismo. Reiterar de nuevo que cada individuo con autismo, al igual que ocurre con el resto de discapacidades, tiene sus propias características desarrollándolas en distintos niveles o simplemente no tiene porque acopar todas, haciendo algunas actos de presencia en una persona mientras otros rasgos permanecen ausentes. Así que tras este pequeño inciso podemos decir que los síntomas observables más comunes del autismo son:

               - Problemas de la comunicación, en el uso y comprensión del lenguaje.
               - Dificultad en relacionarse.
               - El uso de juguetes y objetos de una manera poco usual.
               - Dificultad con los cambios de rutina o alrededores familiares.
               - Movimientos corporales o comportamientos repetitivos.

Según el Grupo de Estudio de Trastornos del Espectro Autista del Instituto de Investigación de Enfermedades Raras-Instituto de Salud Carlos III los síntomas más característicos del autismo se podían agrupar en tres áreas o ámbitos lo que se correspondería con la llamada “Tríada de las deficiencias” de Wing, siendo éstos:

  • Alteraciones de la interacción social: encuentran difícil ajustar su comportamiento al de los demás, pues no entienden las normas sociales ni captan las intenciones del resto. Tienen problemas a la hora de compartir el mundo emocional, el pensamiento y los intereses. Por lo que en general el mundo social no le resulta fácil, incluso no les interesa mostrando aislamiento.
  • Alteraciones de la comunicación: presentan dificultades en la adquisición del lenguaje y en el caso de que desarrollen el habla lo hacen con diversas peculiaridades. Además este lenguaje no es utilizado socialmente para compartir experiencias siendo muy complicado mantener una conversación, a lo que debemos aunar la pobreza o ausencia de comunicación no verbal.
  • Patrones restringidos de comportamiento, intereses y actividades: muestran intereses inusuales y poco frecuentes que no comparten con los demás. Suelen aparecer movimientos corporales estereotipados y el juego tiende a ser repetitivo así como poco imaginativo. En numerosas ocasiones presentan ansiedad ante los cambios en su rutina o en el entorno.
(Enlace Grupo de Estudio de Trastorno del Espectro Autista http://www.isciii.es/htdocs/pdf/aut_16ra.pdf)

 
(Pinchar sobre la imagen
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Así pues, la famosa Tríada de Wing refleja las principales características del autismo haciendo alusión a trastornos en la reciprocidad social, la comunicación verbal y no verbal, y la ausencia de la capacidad simbólica y la conducta imaginativa. Con frecuencia se le añade patrones de conductas, actividades e intereses repetitivos, restringidos y estereotipados, en su definición.

Estos son los rasgos conocidos más característicos de las personas autistas, pero existen una serie de aspectos que de manera formal aún no se encuentran recopilados en los criterios de diagnóstico aunque suelen pronunciarse y darían explicación a diversos comportamientos como puede ser el padecimiento de fenómenos de hipo e hipersensibilidad a los estímulos sensoriales. Esta alteración sensorial indicaría que estas personas tienen excesivamente desarrollados los sentidos de ahí que se produzcan situaciones en las que personas autistas se tapen los oídos, no toleren ciertos alimentos o tejidos, rechacen el contacto físico o soporten el dolor de manera inusual. Este hecho sin embargo abre una puerta a su desarrollo, una esperanza en la comunicación con ellos por lo que puede ser un arma de doble filo. La proporción de estímulos en exceso puede ser percibida por el sujeto como una sobrecarga que no es capaz de soportar produciéndole incluso estrés y ansiedad. Aunque sin embargo son personas que solamente responden hacia los estímulos físicos, de ahí que se trabajo con ellos como bien nos mostraron las compañeras a través de los colores, sonidos o luces que capten su atención. De hecho en la Asociación Autismo Sevilla donde ellas tuvieron el gusto de acceder tienen una sala multisensorial, donde nos la describieron como un lugar mágico, especial, lleno de objetos llamativos que despierta todos los sentidos. Es por tanto a través de estímulos físicos la única manera de contactar, comunicarnos y acercarnos a ellos, por lo que resulta de crucial importancia tener una buena formación para poder trabajar con estas personas.

(Os recomiendo visitar la página web de la Asociación Autismo Sevilla: http://www.autismosevilla.org/)

 
Una vez hemos definido el concepto de autismo y comprendido en qué consiste y conlleva este trastorno conductual conociendo sus principales rasgos, ¿qué causa o da origen a este síndrome?. Hemos llegado quizás, al talón de Aquiles, puesto que en la actualidad los científicos no están seguros ni han podido demostrar formalmente que causa este trastorno, aunque es probable que tanto la genética como el entorno jueguen un papel importante. De manera globalizada todas las instituciones científicas internacionales han reconocido que el autismo se debe a anomalías del sistema nervioso central, por lo son causas biológicas los que lo desarrollan. Existen diferentes teorías al respecto pero quizás todo apunta a una combinación de genes, ya que los investigadores han identificado diversos genes asociados con este trastorno. Esta predisposición se vería agravada por la combinación con ciertos factores ambientales que supondrían causas exógenas como infecciones víricas, intoxicaciones o alteraciones durante el embarazo entre otros. No obstante hasta el momento, no existen evidencias documentadas a nivel científico que muestre que los factores ambientales sean por sí mismos causantes de esta patología. Se trata de investigaciones iníciales que requieren mayores estudios en profundidad y seguir indagando para conocer y descubrir mayores aspectos del TEA, pues encarna una de las discapacidades más desconocidas socialmente.

Pero ¿existen métodos de diagnóstico?. Pues se trata de un hecho correlativo ya que al desconocer a ciencia cierta cuál es su origen tampoco se ha podido avanzar mucho en el terreno de pruebas para su detección. No obstante, por lo general la mayoría de casos de autismo se desarrollan durante la infancia manifestándose en los primeros tres años de vida al estar ausentes ciertos rasgos propios del desarrollo como la aparición del lenguaje, habilidades sociales para la comunicación y relación con los demás, jugar con el resto o prestar atención. Así que es a partir de la observación de estos síntomas característicos cuando se pone en marcha el diagnóstico. Se somete al niño a una batería de pruebas médicas y psicológicas además de observar su conducta y realizar un seguimiento de su desarrollo para determinar la presencia de signos propios del autismo. Aunque a voz de pronto puede parecer poco fiable y un tanto subjetivo, podemos afirmar que se cuenta con sistemas rigurosos de obtención de información como la entrevista ADIR o el sistema estructurado de observación ADOS-G. Además el Grupo de Estudio de Trastorno del Espectro Autista citado en una ocasión anterior, han consensuado unos parámetros prácticos y han acordado el proceso que se ha de seguir para garantizar un eficaz detección temprana de los TEA. Este proceso implica dos niveles, en primer lugar la vigilancia del desarrollo y posteriormente la detección específica del síndrome, tras la cual debe iniciarse el proceso de diagnóstico y la intervención temprana derivando a un servicio especializado que ponga en marcha los programas de atención oportunos.


Los servicios implicados en este tratamiento no son sólo sanitarios y a nivel médico sino que es fundamental también la intervención desde el área educativa y social. Y es que un porcentaje significativo de casos con TEA son detectados desde los centros educativos o servicios sociales. Una encuesta realizada en España a familiares de personas con autismo ha señalado que sólo el 5% de éstas identifican a su pediatra como la persona que inició el proceso de diagnóstico. A continuación os dejo una tabla planteada por el Grupo de Estudio de TEA donde se recoge las diferentes áreas de intervención:

Tabla I. Niveles de detección y servicios implicados.


A partir de lo expuesto podemos decir que el papel del educador social debe estar presente en el trabajo con personas autistas, ya que se trata de un trastorno en el desarrollo que afecta especialmente a su aprendizaje y a su capacidad de interacción. Por lo tanto el perfil del educador social se adecua exactamente a las principales características del autismo trabajando las habilidades sociales, de comunicación y relación fundamentalmente. Destacar que existe de hecho un consenso internacional en la consideración de la educación y el apoyo social como los principales medios de tratamiento, los cuales a veces son complementados con medicación y con otros programas terapéuticos. Y es que la educación debe ser intensiva para la estimulación correcta del sujeto, aprovechando todas las oportunidades naturales en la aplicación de un plan individualizado. Un curriculum adaptado que atienda las necesidades educativas específicas de las personas con autismo, quienes requieren un alto grado de dedicación con el fin de conseguir la adquisición de nuevas competencias sociales, comunicativas, adaptativas y de juego al mismo tiempo que se reducen los síntomas propios o problemas asociados que pudieran presentarse. Así pues la enseñanza organizada, estructurada e incluso secuenciada en todos los contextos desde la temprana infancia es la intervención más eficaz dicen los expertos para la evolución de estos casos.

Sin embargo el problema se plantea de nuevo en la cuestión de que una vez las funciones del educador social se encuentran presentes pero no está reconocido dicho perfil debido a un caso de intrusismo profesional. Y es que las intervenciones educacionales están siendo llevadas a cabo por los terapeutas, aunque poco a poco en los últimos tiempos es verdad que se está presenciando la incorporación de educadores sociales en diferentes asociaciones, aunque no al ámbito público en los equipos interdisciplinares de tratamiento desde los centros educativos o los mismos servicios sociales.

Existe además un debate abierto acerca de la idoneidad de la incorporación de personas con un TEA en un centro educativo normalizado. Varias corrientes aseguran que la integración apoyada en el medio escolar ordinario permite que estos niños accedan a un medio social estimulante, siempre que sea posible puesto que en algunos casos muy severos resulta inviable. Así que el dilema sobre la adopción de clase ordinaria, especial o un centro especializado varía según opiniones y zonas geográficas dentro de nuestro mismo territorio, por lo que la opción más convincente es la necesidad de establecer una relación o vinculación entre unos y otro asegurando la máxima inclusión e integración social del individuo. Es evidente que estas personas necesitan un apoyo educativo especial que debe recibirlo o bien dentro del propio centro o como complemento de manera extraordinaria, siendo precisamente este papel el que debe desarrollar el educador social.

En la actualidad es importante recalcar que no existe cura para el autismo, por lo que debemos ser consciente de que el trastorno no desaparece. No obstante podemos favorecer el desarrollo de estas personas mejorando su bienestar y calidad de vida. De hecho en los últimos años hemos presenciado grandes avances al pasar de culpabilizar a los progenitores por su frialdad a considerarlos el principal apoyo, de separarlos de sus familias e internarlos en centros psiquiátricos a integrarlos en las escuelas normalizando su situación. Además han surgido nuevas técnicas educativas que favorecen y permiten su progreso y desarrollo, así como la creación de recursos, servicios y programas de apoyo para toda la vida, por lo que debemos dejar a tras ese pesimismo que durante años acompañado a este síndrome. Esperemos que se siga realizando investigaciones sobre los TEA que proporcionen avances tanto en su prevención y diagnóstico como en su mejora.

En definitiva decir que el autismo es un trastorno conductual que produce una forma diferente de gestionar la realidad, por lo que la intervención que se desarrolla debe adaptarse a ese mundo y ser específica e individualizada. Se caracteriza por presentar dificultades para interactuar, comunicarse y mostrar comportamientos reiterativos, aunque pueden variar en numerosos grados. En el presente no existe curación pero son múltiples las medidas socioeducativas que se están aplicando para su mejora y posible evolución de forma favorable, siendo un ámbito de inserción profesional para la figura del educador social. Así que antes de finalizar solo me queda decir que han sido aspectos muy puntuales los adquiridos a través de esta exposición lo que junto a su desconocimiento previo han hecho mella en mí incorporándose y afianzándose como nuevos conocimientos.

Os recomiendo el visionado de estos dos vídeos:

             -  http://www.youtube.com/watch?v=WPji7WxdwJQ
 
Y a modo de resumen o síntesis os dejo el siguiente esquema:

(Pinchar sobre la imagen para ampliarla)


sábado, 23 de abril de 2011

LA MUJER DE AYER Y DE HOY Y EL MERCADO LABORAL.

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El papel de la mujer a lo largo de la historia junto con su inserción en el mundo laboral son las temáticas que nos competen en esta entrada, correspondiéndose con las exposiciones de dos grupos de compañeros que al girar sobre el mismo colectivo he considerado conveniente aunar.

Así pues, en primer lugar debemos hacer alusión a las múltiples problemáticas que la mujer lleva padeciendo a lo largo de los años. Cuestiones como la discriminación femenina, un trato marginal, la brecha salarial o el techo de cristal que es la escasa ocupación de puestos directivos. Así como la segregación laboral, las altas tasas de desempleo femenino que duplican los índices del masculino, incluso cuadruplican las tasas de contrato a tiempo parcial y la relación del trabajo con la maternidad sitúan a la mujer en una situación de vulnerabilidad social.

Estos hechos son fruto de años de historia en los que la mujer ha estado relegada y sometida a la voluntad o decisión del hombre, ocupando un segundo lugar y atendiendo las labores domésticas y el cuidado de los niños, mayores o enfermos debiendo ostentar el ámbito privado de la vida social. Por lo que esta desigualdad entre ambos sexos no encuentra su origen en el factor biológico, sino que se trata de la consecuencia de un proceso de socialización basado en una ideología convencional, con unos valores tradicionales y al servicio de ciertos intereses. Así pues el rol desempeñado por la mujer a lo largo del tiempo ha sufrido pequeñas transformaciones atendiendo a las necesidades de cada época y teniendo en cuenta las intenciones de aquellos que ocupaban los puestos dirigentes.

Si nos remontamos a la prehistoria podemos derribar el tópico de que las mujeres siempre han estado subordinadas a los hombres, pues en este tipo de sociedad la mujer desarrollaba un papel fundamental siendo familias matricéntricas, tratándose de un tipo de sociedad bastante igualitaria en el sentido pleno de la palabra. Sin embargo en la época clásica y concretamente en Grecia la mujer es considerada como una esclava sin ningún tipo de derechos ni civiles ni políticos, siendo denegado su acceso a cualquier ámbito público ni cultural ni laboral. Ya en Roma el sector femenino comienza a adquirir ciertos derechos como poseer bienes, contraer matrimonio, hacer testamento o participar en la vida pública. Sin embargo en la edad media se produjo de nuevo un retroceso volviendo a someter a la mujer bajo el dominio del hombre, siendo consideradas un bien material basándose en el derecho de Pernada. Pero ya en la edad moderna vivimos el destape de la mujer aunque va asociado con frecuencia a su utilización como mero objeto sexual. En esta época la mujer debe ser buena hija, buena esposa, buena madre y buena ama de casa, siendo estos los roles que puede representar y debe aspirar para lo que es fundamental ser sumisa puesto que su misión en la vida es casarse y tener hijos.

No obstante, la Revolución Industrial en la edad contemporánea supuso importantes cambios para la mujer con su incorporación al mercado laboral ya que era necesaria mano de obra barata en la industrial textil. Superada esta barrera y algunas otras como el derecho de acceder a la educación formal y poder participar en la vida pública con los mismos derechos y deberes que los hombres, ha supuesto un gran avance alcanzado hace apenas varios años. Por lo que en la actualidad es verdad que existe una mayor concienciación al respecto y que se está trabajando desde diferentes ámbitos por la integración total y real de forma igualitaria de este colectivo. Para ello se han establecido medidas de protección y de discriminación positiva que han sido necesaria debido a los acontecimientos vividos y a los datos reflejados por las diferentes estadísticas, estudios e investigaciones. Así pues, cabe resaltar que según la secretaria de estado de igualdad a penas el 15% de los puestos directivos de relevancia están cubiertos por mujeres en los que ejerzan un liderazgo con personal a su cargo o la falta de equidad en el salario llegando a cobrar la mujer un 17% menos ocupando la misma categoría profesional y con la misma responsabilidad, así como la segregación vertical que dificulta su ascenso.

                           

Y es que a pesar de que se han dado pasos agigantados en lo que respecta a la liberación de la mujer en escasos años, pues sin ir más lejos miremos el rol de éstas en nuestro propio país durante el periodo franquista del que hace tan solo apenas unos cincuenta años, podemos decir que aún siguen produciéndose situaciones de discriminación y exclusión por el simple hecho de ser mujer, algo ilógico e incoherente. La mujer sigue vinculada al trabajo doméstico en el mercado laboral, cayendo además sobre ella el máximo peso y la obligación de su propio hogar por lo que se ve en la tesitura de tener que conciliar la vida familiar y laboral, sufriendo a menudo situaciones de acoso en el trabajo o mooving, cierta discriminación a la hora de desarrollar funciones o cobrar un sueldo inferior.

No obstante a esta altura del tema es natural que surjan opiniones contrapuestas al respecto y suscite un debate sobre cuestiones como la licitud de la existencia del Instituto de la Mujer, de leyes de discriminación positiva como la Ley de Igualdad para la paridad en las listas electorales, hasta qué punto es correcto o ético apostar y facilitar la contratación femenina y su ascenso por encima de los hombres o si son necesarias políticas de igualdad no equitativas. Pues bien debido al marcado e histórico carácter machista que define nuestra sociedad son necesarias este tipo de políticas de igualdad no equitativa o discriminación positiva hacia la mujer por lo menos por el momento, pues se tratan de medidas no permanentes que deberán suprimirse en el instante en el que se alcance la autentica igualdad anhelada. Ahora bien en todo momento nos referimos a medidas profundas con un verdadero sentido transformador que nos permita avanzar hacia una sociedad más justa.

Está claro que existe toda una declaración de buenas intenciones, un reconocimiento de la situación compleja en la que se encuentra la mujer e incluso cierta sensibilidad hacia la necesidad de adoptar medidas al respecto. Por lo tanto hay una previa predisposición por cambiar las circunstancias actuales aunque en la práctica parece que no se está haciendo o por lo menos avanzando lo suficiente. La crisis ha supuesto probablemente el principal obstáculo para seguir en esta línea de liberación de la mujer, un hándicap que ha truncado o por lo menos está retrasando su desarrollo y la conquista de la igualdad. Y es que los mayores índices de desempleo están ocupados por el colectivo juvenil y femenino, impidiendo su salida del ámbito doméstico o conllevando su vuelta.

Ahora bien se preguntaran ¿por qué ocurre esto?. Pues existen una serie de problemáticas asociadas a este colectivo como la desigualdad de género especialmente respecto al salario, y la feminización de la pobreza que podrían explicar estos hechos. Como nos comentaron nuestros compañeros Luis y Rocío, la mujer por lo general suele ocupar aquellos sectores laborales con menor cualificación dada su escasa formación, además su mayor presencia se hace notoria en el empleo a tiempo parcial, en empresas de tamaño reducido y en trabajos precarios relacionados en la mayoría de los casos con la limpieza y el cuidado personal. Todos estos factores influyen en la vulnerabilidad laboral de las mujeres, siendo una de las mayores afectadas en el momento que se ha de prescindir de algún empleado. Y es que debemos tener también en cuenta que aún en la actualidad se sigue produciendo desigualdad de estatus en el trabajo fruto de las prácticas discriminatorias desarrolladas por los directivos y la división sexual del trabajo que aun sigue otorgando la principal responsabilidad de la familia y los hijos a las mujeres. Aunque con la promulgación de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres se quiso paliar este aspecto con el establecimiento de un conjunto de medidas para favorecer y fomentar la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, entre las que se encuentra el permiso de paternidad de trece días de duración. (http://www.boe.es/boe/dias/2007/03/23/pdfs/A12611-12645.pdf).

No obstante la Ley de Igualdad que en un principio parece plantear un gran avance en esta materia ha recibido críticas y opiniones contrapuestas. Desde ciertos sectores empresariales y políticos se la ha considerado excesivamente intervencionista ya que se la tacha de vulnerar la libertad de empresa, la libertad de los partidos políticos y el propio principio de igualdad con las medidas propuestas. Pero por otra parte diferentes sectores le recriminan dejar el cumplimiento y efectividad de algunas medidas en la buena voluntad de los implicados obviando un carácter de exigencia.

Estas controversias son producto del debate que conlleva la temática al tratarse de un asunto de gran actualidad. Es por esta misma razón que surgen numerosas medidas y múltiples servicios al respecto, a disposición de la integración de la mujer en la lucha por la igualdad. Por lo que a continuación haremos alusión a las diferentes instituciones a cargo de este colectivo que velan por sus derechos tanto a nivel estatal como autonómico.

- Nivel Estatal:

Ministerio de Igualdad: Es el departamento de la Administración General del Estado al que corresponde la propuesta y ejecución de las políticas del Gobierno en materia de igualdad, eliminación de toda clase de discriminación de las personas por razón de sexo, origen racial o étnico, religión o ideología, orientación sexual, edad o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, y erradicación de la violencia de género, así como en materia de juventud. Le corresponde, en particular, la elaboración y desarrollo de las normas, actuaciones y medidas dirigidas a asegurar la igualdad de trato y de oportunidades, especialmente entre mujeres y hombres, y el fomento de la participación social y política de las mujeres.

Dentro de su estructura u organización interna destacamos:

  •  Dirección General para la Igualdad en el Empleo: para el impulso y promoción de políticas activas para el empleo y autoempleo de las mujeres, la creación de programas de formación profesional y el desarrollo de políticas públicas que aseguren la conciliación laboral y familiar.
  • Instituto de la Mujer: organismo autónomo dependiente del Ministerio de Igualdad, cuya finalidad es promover y fomentar las condiciones que posibiliten la igualdad social de ambos sexos y la participación de la mujer en la vida política, cultural, económica y social, por lo que promueve las políticas de igualdad entre mujeres y hombres.
- Nivel Autonómico:

Consejería de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía: tiene competencias en la elaboración, fomento y desarrollo de medidas para favorecer los derechos y libertades de los ciudadanos en igualdad de condiciones, iniciativas en materia de violencia de género y la coordinación de políticas de igualdad entre hombres y mujeres en Andalucía. Dentro de su organigrama se encuentra:

• Instituto Andaluz de la Mujer: es el Organismo de la Junta de Andalucía que promueve la igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres con el objetivo de avanzar hacia un modelo de sociedad que incorpore nuevas formas de convivencia más democráticas e igualitarias. Entre sus funciones se encuentra asesorar al Gobierno Andaluz en los Planes de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres, estudiar e investigar su situación o realizar el seguimiento de la normativa vigente. Además de informar a las mujeres de todos sus derechos, recursos y programas existentes en Andalucía, fomentar su inserción laboral, la coordinación con la administración local, tramitar las denuncias pertinentes, trabajar la coeducación, realizar campañas para la sensibilización ciudadana y dinamizar el asociacionismo femenino.

Concretamente el IAM cuenta con centros provinciales y municipales de atención a la mujer, centros de acogida y el centro de documentación María Zambrano. El Instituto presta por tanto los siguientes servicios y programas:

  1.  Programas de atención social: programas para mujeres en riesgo de exclusión social, madres jóvenes, reclusas y ex reclusa o con problemas por tráfico sexual.
  2.  Teléfono de información a las mujeres 900-200-999 (24 horas).
  3. Servicio de atención jurídica. 
  4.  Programa de atención psicológica. 
  5. Servicio de acogida y atención integral.
  6. Programa de ayudas económicas.
  7. Unidad de Igualdad de Género.
  8. Programas de empleabilidad y formación: servicio de defensa legal, programa cualifica y el programa FORE para la integración socio laboral para mujeres con especiales dificultades de inserción.
  9. Programas de atención a mujeres inmigrantes.
  10. Programas para la participación y asociacionismo de la mujer: Consejos Locales de la Mujer, programa Asocia o el listado de asociaciones de mujeres.
  11. Campañas, jornadas y programas específicos para la coeducación.
(Fuente: Asignatura “Servicios Sociales Básicos y Especializados”).

Además es de crucial importancia resaltar la labor desempeñada desde el asociacionismo para la consecución de la igualdad, puesto que la iniciativa social supone un importante agente de presión para impulsar la adopción de medidas y la transformación de la sociedad. Por lo general son asociaciones dirigidas específicamente a las mujeres con algún tipo de necesidad o problema social, centrando sus acciones en las mujeres como medidas de acogida, orientación, información, apoyo y gestión de servicios, o bien en relación con la sociedad a través de la prevención, sensibilización social, reivindicación, promoción del voluntariado o el control de los servicios públicos. Aunque son numerosas las asociaciones de mujeres que se encuentran repartidas por nuestro país los compañeros que corrieron a cargo de esta exposición citaron como ejemplo la Asociación Arrabal AID (Málaga), para la integración sociolaboral de los colectivos con especiales dificultades.

Ahora bien, después de todo lo comentado a lo largo de esta entrada la gran ausencia hasta el momento es ¿qué ocurre con la figura del educador social?. Pues, este perfil profesional es el gran ausente en este ámbito y es que aunque sus funciones con este colectivo están bastante claras y están bien identificadas no se reconoce en su totalidad a este profesional. Y es que en la actualidad la igualdad está reconocida a nivel jurídico con un trato igualitario entre hombres y mujeres, pero sin embargo a pesar de esta formalidad no existe una igualdad real que le corresponda. Es por lo tanto precisamente en este punto donde tiene cabida las funciones del educador social para aplicar en la práctica las medidas de igualdad adoptadas desde las políticas públicas, promoverlas y velar por su cumplimiento. Así es como surgen las políticas de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres para garantizar que ambos puedan participar del igual modo en todas las esferas de la vida.

Pero para conseguir la equiparación efectiva y real de los derechos entre hombres y mujeres hace falta que se modifiquen actitudes y conductas del conjunto de la ciudadanía, con un cambio de valores, desaprendiendo lo aprendido, impulsando y transmitiendo estos nuevos valores a las nuevas generación a través de la coeducación. Por lo tanto el educador social tiene un papel fundamental y muy activo en todas estas cuestiones, siendo de su total competencia pues resulta imprescindible en todo este proceso de igualdad trabajar desde la educación. Es quizás la educación la mayor herramienta que podemos utilizar al respecto, siendo necesario el diseño de una política educativa basada en los derechos y en el valor igualitario de todos los seres humanos para la erradicación del sexismo y poder acabar con cualquier tipo de discriminación. Como apunta el profesor Rafael de Asís es el camino más largo pero también el más seguro para que todos podamos alcanzar la verdadera igualdad, no solo por justicia para las mujeres sino para alcanzar la autentica sociedad democrática, justa y solidaria que tanto predicamos y alardeamos de ella en nuestros escritos legales como aludimos en nuestra Constitución en el artículo 1.1 donde se sitúa la igualdad como uno de sus valores superiores o el artículo 14 donde se reconoce el principio de igualdad formal al señalar que: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social” .

Sostener el actual modelo de sociedad es una tarea de la que se encargan los diferentes agentes de socialización que desde distintos ámbitos y posicionamientos de poder o autoridad emiten ciertos valores y criterios que son asumidos y aceptados generalmente como tal por el resto de la población. Así pues los principales ámbitos de desigualdad donde se formulan mensajes de discriminación hacia la mujer son la propia familia, la escuela, el trabajo, el grupo de iguales, la religión, los medios de comunicación y el lenguaje empleado. Por lo que son precisamente en todos estos sectores en los que el educador social deberá intervenir puntualizando las actuaciones y comportamientos que se producen en estos entornos así como el trato que en estos contextos se ofrece al colectivo femenino. En cuanto a la familia se deberá acabar con la reproducción de esquemas y la transmisión de los mismos patrones de conducta que mantienen la marginación. Para ello se deberán indicar modelos educativos basados en el respeto mutuo y valores como la libertad o la aceptación de las personas, sin establecer roles o expectativas predeterminadas por el simple hecho de ser uno u otro sexo así como la asignación de funciones, siendo sustituido en su lugar por una educación y desarrollo transversal. En el caso de la escuela trabajar desde la prevención y desde un sistema de coeducación, regulándose los contenidos, imágenes y conocimientos que se transmiten al alumnado y realizando una labor de sensibilización. En el trabajo se debe apostar por una buena integración de las mujeres al mismo en una convivencia cordial en la que se trate de eliminar las situaciones de discriminación, haciendo posible la conciliación de la vida laboral y familiar sin necesidad de tener que ser superwoman y concienciando a los cargos directivos de que las mujeres también pueden ostentar a dichos puestos y hacer un buen liderazgo. Desde el grupo de iguales especialmente en edades juveniles donde soportan un gran peso es importante que estén bien formados, que conozcan la realidad y que una vez hayan asimilado todo lo que supone la igualdad de género crean en ella y sean capaces de defenderla. Mientras que finalmente desde los medios de comunicación y en el lenguaje que utilizamos es importante que se emitan mensajes idóneos y acordes con los nuevos valores que se están promoviendo, proyectando una nueva imagen social de la mujer adaptada a los nuevos tiempos que corren.

Para finalizar decir que la incorporación de la mujer al mercado laboral aunque en el caso concreto de España ha sido relativamente tardía, a partir de la década de los 60 consolidándose paulatinamente, supuso un rasgo importante para la evolución de la sociedad. En nuestro país renovaron e incrementaron la población activa aunque a pesar de todo ello sufrieron y siguen padeciendo una fuerte situación de discriminación. Y es que con la actual crisis de nuevo las mujeres son las más perjudicadas, con mayores índices de desempleo, con sueldos inferiores, trabajos de menor reconocimiento y con trabas en su ascenso. A todo ello debemos sumar que la presencia de la mujer en el mundo productivo o en el empleo remunerado no supone el abandono del trabajo en el hogar por lo que desarrolla una doble jornada laboral, conllevando un aumento de enfermedades en este colectivo, un descenso de la natalidad o la menor dedicación para su propio ocio y tiempo libre. Por ello son necesarias la adopción de medidas al respecto, de estrategias de conciliación y políticas sociales que mejoren sus circunstancias. Partidaria del cuarto pilar del bienestar de ayudas a las familias defendido por Vicenç Navarro, pienso que se debería invertir ahora más que nunca en ayudas para la dependencia y la infancia aumentando el gasto social público en lugar de reducirlo, hecho ilógico que tiene lugar en nuestro país como bien apuntaba Leandra Pérez en la conferencia que tuve el gusto de asistir. Y es que de esta forma se fomentaría la conciliación de la vida familiar y laboral así como la corresponsabilidad del hombre favoreciendo el crecimiento de la natalidad, el rejuvenecimiento de la sociedad y como afirmaba Sebastián Sarasa aumentaría las personas que contribuyen a los impuestos y cotizan a la seguridad social, suponiendo de nuevo una vez más la incorporación de la mujer al mercado laboral un punto de auge e impulsión para el país.

miércoles, 20 de abril de 2011

VIOLENCIA DE GÉNERO, AL RESCATE DE LO POSITIVO (II PARTE)

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Tras la visualización del vídeo el cual nos invita a la reflexión del maltrato nos planteamos diversas cuestiones pues ¿es tan difícil el reconocimiento de estas situaciones sólo porque suelen tener lugar en el ámbito privado?, ¿qué ocurre con las víctimas indirectas de violencia? o ¿son suficientemente efectivas las medidas puestas en marcha?.

Pues bien en primer lugar decir que resulta complejo la comprensión y el reconocimiento de los casos de violencia especialmente hacia las mujeres, debido a dos procesos básicos como son la invisibilización y la naturalización del problema. A lo largo de la historia solamente se ha considerado violencia aquellos daños materiales utilizando una terminología que aludía exclusivamente al maltrato físico como en la década de los 60 “el Síndrome del Niño Apaleado” definido por Henry Kempe o en los 70 con Lenore Walker el “Síndrome de la Mujer Golpeada”. Además la concepción de la familia entendida como el espacio privado por excelencia proveedor de seguridad, afecto y estímulos, impide atender los factores de riesgos que se pueden comprender en ésta como un entorno peligroso en el que se pueden violar los derechos humanos, experimentar miedo e inseguridad y crecer con la violencia. A todas estas cuestiones debemos añadir la naturalización de la violencia y su sumisión o integración. Por lo que han sido diversas las circunstancias y hechos que han dificultado la detección de los casos de violencia, los cuales en la actualidad se pretende limar.

Respecto a las víctimas indirectas de los casos de violencia debemos tener en cuenta que son numerosas las personas que se ven afectadas en el desarrollo de estos acontecimientos. Desde los medios de comunicación incluso desde la mayoría de estudios e investigaciones realizadas solo se habla del número de personas que han fallecido a causa de maltrato o el porcentaje de denuncias interpuestas por estos hechos. Sin embargo como bien confirman las estadísticas y concretamente una macro encuesta del Instituto Andaluz de la Mujer (2002) el 73,7% de los casos de violencia de género las víctimas tenían hijos. Así pues tras estos hechos se ve afectado todo un núcleo familiar cuyos menores se quedan desamparados al perder sus dos figuras de referencia, mientras que el resto de familiares también pueden padecer algún trastorno sobre todo en el caso de que hayan presenciado dichas agresiones. La cuestión por tanto es la siguiente, cuando hablamos de víctimas de la violencia bien de género o familiar el daño y las personas que se ven afectadas se expanden pues aunque contabilicemos solo un caso son múltiples las personas que lo integran. Precisamente atendiendo esta demanda y en esta línea están surgiendo en estos momentos asociaciones de familiares víctimas de la violencia, al encontrarse desamparados por las distintas instituciones cuya ayuda proporcionada es insuficiente. Este es el caso por ejemplo de la Asociación de Familiares de Víctimas de Violencia de Género “Beatriz de Hinestrosa” en Córdoba, quienes pretenden establecer una vía de comunicación, información y apoyo entre los familiares de víctimas mortales de la violencia de género. Entre sus fines se encuentra la reivindicación de los derechos de estos familiares, el asesoramiento jurídico y psicológico necesario, el cumplimiento de las penas impuestas, la priorización de la protección de los menores o fomentar el voluntariado y la sensibilización ciudadana.

(Enlace de la Asociación: http://beatrizdehinestrosa.com/)

En cuanto a la última cuestión sobre las medidas que se plantean he de resaltar el protocolo de actuación expuesto por mis compañeras, el cual clarifico y resulto de gran intereses para todos los allí presente. Ahora bien desde el Instituto Andaluz de la Mujer debemos hacer alusión al I Plan Estratégico para la Igualdad de Mujeres y Hombres en Andalucía 2010-2013, y concretamente desde esta institución se ofrece los siguientes servicios especializados en violencia de género:
          -Servicio telefónico de atención e información 24 horas.
          - Asesoramiento jurídico on-line, para la realización de consultas.
          - Centros Provinciales del IAM.
          - Centros Municipales de Información a la Mujer.
          - Servicio integral de Atención y Acogida a víctimas de violencia de género.
          - Ayudas económicas para mujeres víctimas de violencia de género.
          - Servicios de asesoramiento jurídico.
          - Servicios de atención psicológica.

He de resaltar que a pesar de su exclusiva atención al colectivo femenino, cosa que en los últimos tiempos parece que se está solventando ampliándose las medidas e incorporando la posibilidad de que el hombre sea también víctima de violencia, las diferentes estrategias planteadas a nivel teórico son bastante apropiadas. Suponen un campo amplio de intervención con medidas de una gran diversidad, pero el problema se nos presenta cuando la teoría no se aplica tal cual en la práctica. Así pues, en numerosas ocasiones nos hacemos eco de noticias en las que la víctima había denunciado su situación y tenía interpuesto algún tipo de medida de protección la cual no fue capaz de evitar el espantoso desenlace. De hecho me he encontrado con la siguiente noticia, en la que una mujer denunció ser víctima de malos tratos y al carecer de recursos y redes sociales de apoyo se vio obligada a volver con su supuesto agresor. Ante hechos como éste la pregunta es ¿qué está fallando?, siendo obvio que hay algo que no está funcionando como debiera siendo necesario incorporar alguna modificación que mejore su resultado o eficacia. (Noticia: http://www.20minutos.es/noticia/685315/0/).

Llegados a este punto sabemos que la persona que sufre una situación de violencia con frecuencia normaliza el problema y se avergüenza o culpabiliza del mismo, pero a pesar de ello se preguntarán ¿por qué no se enfrenta a su agresor poniendo fin a esa inhumana situación?, ¿por qué sigue conviviendo con éste? o ¿por qué no hace nada al respecto?. Pues bien son múltiples las teorías al respecto que han intentado ofrecer una explicación a estos hechos. Citaremos la teoría del ciclo de la violencia formulada por la antropóloga Leonor Walker en su libro de 1979 “The Battered Women” (Las mujeres maltratadas), donde mayor hincapié hicieron las ponentes. A través de esta teoría trataremos de entender los comportamientos de muchas mujeres que sufren violencia por parte de sus parejas, por lo que según la teoría del Ciclo de la Violencia suceden tres fases:

- I Fase de acumulación de la tensión o tensión controlada: se producen una sucesión de pequeños episodios que lleva a roces permanentes entre los miembros de la pareja, con ciertos cambios en su conducta que incrementan la ansiedad y la hostilidad.

- II Fase de episodio agudo o pérdida de control: la tensión y conflictos acumulados dan lugar a una explosión de violencia.

- III Fase de luna de miel: en esta última fase se produce el arrepentimiento a través de disculpas, promesas y justificaciones de los hechos. Al tiempo vuelve los episodios conflictivos y acumularse la tensión cumpliéndose nuevamente las fases de este ciclo.


 
A partir de lo comentado cabe añadir ¿qué podemos hacer al respecto?. Es evidente que se trata de una situación en la que se debe intervenir de manera interdisciplinar a través de la labor de diversos profesionales desde diferentes ámbitos como son el judicial, psicológico, social y educativo. Personalmente nos centraremos en el perfil educativo que es el profesional que desde esta asignatura nos atañe y nos compete. Por lo que en primer lugar decir que desde la Fundación Ana Bella, con la cual contactaron nuestras compañeras, el educador social desempeña las siguientes funciones:
  • Ayudar a aceptar el hecho.
  • Formación e inserción laboral.
  • Agentes de cambio y prevención con los hijos de las víctimas.
  • Acompañamiento y seguimiento individual y colectivo a los distintos servicios y alojamiento.
  • Crear redes de apoyo entre personas que han pasado la misma situación fomentando el asociacionismo.
  • Orientación básica en cuestiones referentes al estado en que se encuentran
Pues bien, considero que son muchas más las funciones que el educador social puede realizar en el ámbito de la violencia de género, siendo el principal problema que dicho perfil no está muy consolidado y por lo tanto sus funciones no se encuentran esclarecidas ni delimitadas. Así pues en el caso de incorporar a este profesional no se le adjudican las funciones oportunas que requieren su intervención especializada ocupando a veces tareas de otras áreas lo que daría lugar al intrusismo laboral y por tanto a una mala organización del equipo interdisciplinar que esté trabajando. Funciones como las siguientes son competencia del educador social y necesarias para estos casos de violencia de género como pueden ser entre otras:
  • De manera preventiva la elaboración de proyectos de sensibilización sobre las relaciones sanas de pareja en el ámbito escolar dirigido a jóvenes y adolescentes.
  • Creación de campañas de concienciación ciudadana en materia de violencia de género.
  • Fomentar el asociacionismo y voluntariado entre las víctimas de malos tratos.
  • Impulsar y colaborar en la realización de investigaciones y estudios sobre las causas y consecuencias de la violencia, así como sobre su tolerancia en la sociedad.
  • Insistir en la modificación y corrección de la normativa actual por una legislación más adecuada y específica sobre los casos de violencia intrafamiliar.
  • Establecer espacios donde se desarrollen debates, conferencias o jornadas en los que se ofrezca información sobre la identificación y prevención de desigualdades, situaciones de dependencia y el posible padecimiento de algún tipo de violencia.
  • Investigar la violencia de género en los Centros Educativos.
  • Ofrecer formación al profesorado sobre las diversas manifestaciones de la violencia de género para su temprana detección en el ámbito escolar.
  • Proporcionar modelos educativos alternativos a las familias en riesgo.
  • Prestar atención a los hijos y familiares de la víctimas para su posible integración y corrigiendo las pautas de comportamiento que no son aceptadas por la sociedad evitando que normalice esa situación.
  • Elaborar programas para la recuperación e integración tanto de la víctima como del agresor.

Para concluir después de todo lo comentado a lo largo de esta entrada, decir que como hemos podido ver se trata de un tema candente que se encuentra en la actualidad en pleno debate. Suscita diferentes opiniones y se replantean cuestiones como la igualdad de género, la existencia de un ministerio para la mujer, la cobertura legislativa, la eficacia de las medidas establecidas, la labor de los medios de comunicación, la importancia de la prevención y la educación en este aspecto, la discriminación positiva,… Por lo tanto considero que al menos se trata de un tema de gran envergadura que requiere un trato prioritario en las decisiones de la sociedad moderna. Porque es un hecho real que todos los años mueren en nuestro país numerosas mujeres a manos de su pareja por lo que debemos afrontar el problema en su totalidad, trabajar de manera interdisciplinar para que en un futuro no tengamos que seguir hablando del instituto de la mujer, ni de una normativa que la proteja, ni de medidas de discriminación positiva porque no haga falta. Esperemos que algún día estemos tan avanzados en materias sociales y convivencia que la mujer deje de ser vulnerable, que la igualdad en su pleno concepto exista y que cuestiones como las que hoy nos atañe sean cosas del pasado. Pero para todo ello creo que aún queda mucho tiempo y sobre todo queda mucho trabajo por hacer, por lo que como no es imposible comencemos pues.

VIOLENCIA DE GÉNERO, AL RESCATE DE LO POSITIVO (I PARTE)

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Violencia de género, fue la temática escogida por nuestras compañeras Mª Carmen Salas y Lucía Sánchez para la realización del trabajo y exposición en la asignatura de Intervención ante problemas de desadaptación social. Un tema de gran actualidad que suscita numerosas opiniones y abre la puerta del debate, invitándonos a que reflexionemos al respecto. Por lo que en las líneas que nos siguen tratare de resaltar aquella información que me ha supuesto una nueva aportación, además de incluir pequeñas opiniones personales que han generado en mí como poco cierta inquietud.

Comenzaremos pues por aclarar el papel desempeñado por la mujer a lo largo de la historia, ya que venimos de una sociedad con un marcado carácter machista. La mujer ha estado subordinada al varón, encomendándoseles las labores del hogar y el cuidado de los hijos, personas mayores o enfermos, manteniéndose siempre en un segundo plano. Sumisa, obediente, delicada, sensual o frágil son algunas de las características que se les ha otorgado, transmitiendo dicho rol de generación en generación a través de diferentes medios como pudimos apreciar con el ejemplo de la figura femenina presente en las películas Disney que nos mostraron las compañeras. No obstante en la próxima entrada profundizaremos aún más y nos adentraremos en esta cuestión del papel de la mujer a lo largo de la historia. Simplemente debemos tener la idea de que la mujer ha sufrido a lo largo del tiempo una situación de vulnerabilidad social lo que ha conllevado cierto riesgo de exclusión, por lo que en la actualidad desgraciadamente sigue siendo objeto de intervención.

En primer lugar debemos señalar las diferencias básicas entre los conceptos de violencia de género y violencia familiar. Así pues, con el primero de los casos hacemos referencia a la violencia que se ejerce de un sexo hacia otro, y aunque en un principio se contemplaría e incluiría las agresiones físicas y psíquicas que una mujer puede ejercer sobre un hombre por lo general nombra la violencia contra la mujer. Sitúa por tanto al género femenino como sujeto pasivo, utilizándose nociones como violencia machista, de pareja o doméstica. Ahora bien, este término de violencia de género no recoge los comportamientos violentos producidos entre personas del mismo sexo. Por otra parte, en lo que respecta a la violencia familiar es la acción u omisión que el integrante de un grupo familiar ejerce contra otro miembro produciendo un daño no accidental físico o psicológico, siendo por tanto un tipo de violencia más extensa. No obstante, para profundizar y clarificar aun más dicha diferenciación os dejo el siguiente enlace: http://www.coet.es/Apunts_Policials/Violencia_Domestica/Coet_APUNTES_vd_BERTONE.pdf
Concretamente nosotros nos centraremos en el concepto de violencia de género que es el que nos atañe, y según la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género en su Artículo 1. Objeto de la Ley: “La presente Ley tiene por objeto actuar contra la violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia”.

Y en la Ley 13/2007, de 26 de noviembre de Medidas de Prevención y Protección Integral contra la Violencia de Género en su Artículo 3 sobre el Concepto de violencia de género dice así:

- A los efectos de la presente Ley se entiende por violencia de género aquella que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre estas por el hecho de serlo.

- La violencia a que se refiere la presente Ley comprende cualquier acto de violencia basada en género que tenga como consecuencia, o que tenga posibilidades de tener como consecuencia, perjuicio o sufrimiento en la salud física, sexual o psicológica de la mujer, incluyendo amenazas de dichos actos, coerción o privaciones arbitrarias de su libertad, tanto si se producen en la vida pública como privada.

Podemos apreciar como el marco legislativo ampara exclusivamente los actos violentos o agresivos que se producen hacia el género femenino, recogiendo de manera explícita y textual el maltrato de los hombres sobre las mujeres. Este hecho se produce durante el transcurso del tiempo pues no se perciben diferencias notorias en el trato expresado sobre el tema de la violencia de género. De esta manera estamos presenciado un tipo de discriminación positiva respecto a la mujer, ya que se la protege y se le otorgan ciertos privilegios. Se comprende que de manera global y generalizada son mucho más numerosos los casos de violencia que se producen hacia las mujeres. Durante el período 2009 fueron 55, la cifra a la que ascendió el número de mujeres a las que se ha privado de su derecho a la vida por parte de sus parejas o ex parejas masculinas frente a 10 que fueron los casos de hombres que perdieron su vida, según los datos provenientes de la instrucción judicial. No obstante, me llama la atención que no se recojan estos casos puesto que por pocos que sean también tiene derechos de estar protegidos y sentirse amparados teniendo una ley a la que acogerse.

Y es que creemos avanzar hacia la igualdad, vivimos en una sociedad que lucha constantemente bajo este lema pero bajo mi percepción personal es pura falsedad e hipocresía. Puesto que igualdad es los dos al mismo nivel pero no la sustitución de uno por otro, el descenso del hombre para el empoderamiento de la mujer pues se estaría cometiendo el mismo atropello. Este hecho es el que hemos presenciado a lo largo de nuestra historia, diferentes momentos en los que una veces los hombres y otras las mujeres han gobernado y ostentado el poder. Pero yo me planteo si será posible romper con este hándicap, luchar por conseguir o alcanzar la verdadera igualdad y ser capaces de ser justos y honestos valorando al prójimo como persona que es antes de mirar su género. El hecho de despojarnos de años de historia, creencias, roles, prejuicios y estereotipos me pregunto yo si no será una mera o simple utopía.
Enlaces relevantes sobre informes y estadísticas en violencia de género:
Ahora bien debemos señalar que al hacer uso del término violencia hacemos referencia a un comportamiento deliberado que puede provocar daños físicos o psíquicos, con la pretensión de imponer u obtener algo por la fuerza aunque dicho concepto sufre variaciones según la época y la cultura. Por lo tanto son diversas las formas en que la violencia puede presenciarse, manifestándose de diferentes modos podemos distinguir entre:
  • Abuso físico: una lesión no accidental causada por golpes que implican una herida visual.
  • Abuso emocional, verbal y psicológico: se produce un daño interno en la persona a través de su intimidación, degradación, humillación, amenazas, aislamiento, bajar su autoestima, etc. Provoca miedo en esa persona, socava su dignidad y autovalía, y por lo general supone un trauma psicológico.
  • Abuso sexual: según el Código Penal se refiera “al que sin consentimiento de una persona y sin el propósito de llegar a la cópula, ejecute en ella un acto sexual, la obligue a observarlo o la haga ejecutarlo”. Es decir, cualquier tipo de contacto sexual que sea forzado y no deseado.
  • Abuso ambiental: cualquier táctica que genere a la mujer temor del ambiente que la rodea, es decir, destruir su entorno y maltratar sus bienes rompiendo además sus relaciones por lo que la imposibilita para pedir ayuda. Por ejemplo romper sus objetos personales, hacer daño a sus mascotas, dar fuertes golpes, etc.
  • Abuso financiero: se refiere a las conductas que reducen o eliminan la independencia económica de la persona y/o su capacidad de tomar decisiones.

Por lo general cuando hablamos de violencia de género solemos pensar rápidamente en el abuso físico, pero nos olvidamos en numerosas ocasiones del resto de tipologías de violencia existente quizás por su menos visualización. Tipos de violencia que también son objeto de intervención, que también se producen en la actualidad y están presentes en nuestra sociedad en grandes índices, y suponen una violación de los derechos de cualquier persona. Y es que al fin y al cabo las consecuencias de cualquier tipo de violencia sufrida son siempre un daño en la salud física, psicológica y social del sujeto, un menoscabo de sus derechos humanos y un riesgo para su vida.

No obstante, al tener en cuenta los diferentes modos de violencia tanto el perfil del agresor como el de la víctima amplían su radio. Es muy complicado identificar a ambos sujetos pues no existe un patrón único a seguir sino que cualquier individuo puede encarnar ambos posicionamientos, estamos en ciencias sociales y ésta es la gran dificultad o riqueza según se mire de trabajar con personas atendiendo a toda su diversidad. Así pues de forma genérica si hay algo que puede definir al agresor es precisamente su aparente normalidad, no hay un perfil determinado. Mientras que en las víctimas tampoco existen características significativas relevantes a sus ingresos económicos, su estatus, el nivel educativo, su integración, el trabajo que desempeña, su origen o su personalidad. Según Miguel Lorente Acosta, Director General de Asistencia Jurídica a Víctimas de Violencia de la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía, en el documento “El agresor en la violencia de género. Consideraciones sobre su conducta y estrategias”, ninguno de estos factores influye de forma significativa en las posibilidades de sufrir algún tipo de abuso o agresión.

Pero sin embargo si se encontró cierto perfil que aumenta la posibilidad de padecer maltrato o ejercer violencia sobre otra persona, aunque es solo un factor de riesgo que no implica su determinación automática. Este factor de riesgo son los antecedentes de maltrato y abuso durante la infancia que Koss y Dinero (1989) dieron a conocer, pues es una consecuencia que se puede reflejar como una alteración derivada de los mismos acontecimientos vividos. Nos encontramos pues ante un peligro de repetición de roles en las siguientes generaciones, pues la experiencia de haber observado o sufrido malos tratos en la infancia puede ser un hecho traumático que marque a este persona sino recibe la ayuda necesaria interiorizando incluso esta conducta como algo propio y natural en su proceso de socialización. De hecho en la mayoría de los casos de violencia existen hijos comunes de la pareja que son con frecuencia utilizados como un arma de doble filo pues a menudo se convierten en herramienta de chantajes o amenazas. Esta cuestión quedo reflejada por parte de nuestras compañeras en el apartado titulado “los efectos sociales de la presencia de menores”, que muy bien nos hicieron llegar y transmitieron a partir de un documento visual muy impactante “Papas y Mamas” donde se aprecia en el juego de una niña el comportamiento que su padre ofrece a su madre, es decir, repite el rol de su padre imitando una escena que ha presenciado dentro de su núcleo familiar. Os dejo el vídeo para que lo veáis porque es muy interesante:

                           

martes, 12 de abril de 2011

Seminario Programa de Tratamiento Familiar (parte II)

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Retomando de nuevo la cuestión que nos atañe en esta entrada sobre los Programas de Tratamiento Familiar, decir que son los equipos interdisciplinares compuestos por un trabajador/a social, un psicólogo/a y un educador/a social los encargados de desarrollar la intervención. Concretamente desde el ámbito que aquí nos repercute nos centraremos obviamente en el perfil profesional del educador social. Así pues dentro del área educativa son varios los sectores donde se trabaja desde los PTF, como veremos sintetizado en el siguiente cuadro que nos presento la ponente:
(Pinchar sobre la imagen)
En general y según el artículo 6 de la Orden de 20 de junio de 2005, los profesionales que forman el Equipo de Tratamiento Familiar deben cumplir las siguientes funciones:
  • Recepcionar los casos.
  • Estudiar el caso y profundizar en el conocimiento de la situación.
  • Valorar la idoneidad de la inclusión del caso en el programa.
  • Formular las hipótesis de trabajo y elaborar un Proyecto de Intervención Familiar individualizado y temporalizado para los menores y las familias.
  • Consensual con la familia el proyecto diseñado.
  • Desarrollar y efectuar el seguimiento del Proyecto de Intervención Familiar.
  • Establecer los mecanismos de información permanente necesarios para mantener la colaboración y la implicación del servicio.
  • Colaborar con las instituciones implicadas.
  • Elaborar documentación e informes técnicos.
  • Establecer mecanismos de coordinación.
  • Proponer la derivación de los casos a los recursos sociales más adecuados.
  • Proporcionar información, asistir a las reuniones de trabajo y comisiones técnicas.
  • Cualquier función relacionada que sea necesaria.

A pesar de todas estas funciones anteriormente citadas, me gustaría resaltar aquellos aspectos destacados por la ponente como apartados o requisitos fundamentales en la labor del educador social. Así pues, hizo alusión a la autoreflexión, la autocrítica y el trabajar de modo personal los propios prejuicios que mantenemos presentes. Además de ser empáticos, comunicativos, asertivos, respetuosos, cercanos o mostrar buenas habilidades sociales. Personalmente llamo mucho mi atención la incorporación de este apartado en su presentación, lo cual dice mucho de un gran profesional, pues en ningún momento debemos de olvidar el aspecto más humano de nuestro trabajo. Considero que la autoreflexión y la autocrítica son cruciales para el buen desarrollo de cualquier práctica, pues nos va a permitir conocer nuestras fortalezas y debilidades ofreciéndonos la oportunidad de corregir los errores cometidos y mejorar en futuras ocasiones. Por lo tanto fue para mí una grata sorpresa saber que aún existen profesionales motivados por la labor que desarrollan, empeñados en mejorar día a día, capaces de superar el conocido y famoso “síndrome del quemado o burn out”, que siguen valorando la habilidades personales e ilusionados mantienen el afán de superación para mantenerse en este oficio de tintes dulces y a veces también amargos.

Para ir ya finalizando voy a retomar unas aclaraciones realizadas por la ponente en el turno de preguntas donde señalo que las familias acuden de manera voluntaria al PTF, dicha intervención constará de un período máximo de dos años evitando así que sea crónico y se lleva a cabo siempre que haya presentes menores. El equipo de tratamiento familiar recibe información directa de parte de la familia e indirectamente a través de los servicios sanitarios, educativos o los mismos servicios sociales quienes se encargarán posteriormente de su seguimiento. Como política personal de trabajo nos confirmó que hace saber a sus usuarios toda la información necesaria sin maquillar la verdadera realidad, pues considera que debe compartirla con las familias haciéndolas conscientes y participes de la situación. Sin embargo reflexiono a cerca de la falta de respuestas idóneas ofertadas, pues no se proporcionan soluciones reales y acordes con las circunstancias sino que según sus propias palabras “se está parcheando en diferentes ámbitos”, no identificando bien los casos ni indagando en profundidad, tratando solo a las víctimas en lugar de al conjunto de agentes interventores.

Estas palabras me dieron mucho que pensar, pues la cuestión es no caer en el mismo error de otros sectores como los medios de comunicación o la justicia, quienes se limitan a identificar lo sucedido y aplicar un castigo o sanción por ello. Nuestro papel y función compañeros es otro muy diferente, nos toca ir más allá de las evidencias, indagar en cada situación y profundizar en ella para intentar averiguar cuál es el trasfondo real de esa circunstancia, dando respuesta a la pregunta o cuestión de ¿por qué ha sucedido eso? y no sólo ¿qué es lo que ha pasado?. Además una vez conocido todos los aspectos relevantes debemos proporcionar las medidas socioeducativas oportunas para hacer frente a dicha situación, ya que en nuestro caso estamos en posesión del doble perfil de trabajadores y educadores sociales. Es muy fácil criticar y castigar pero no lo es tanto dar u ofrecer una segunda oportunidad. Trabajemos pues para que se proporcionen críticas pero constructivas, basadas en el conocimiento de causa, sin prejuicio y estereotipos, ofreciendo alternativas ante dicha problemática. Por otra parte cuestiones que hacen referencia al hecho de que si no existen menores no se interviene y no se toman medidas aunque tenga 18 años recién cumplidos asaltan mi cabeza, puesto que socialmente ya no es un niño. O ¿por qué motivos no se realiza una verdadera intervención atendiendo a todo los sujetos como se recoge en los reglamentos?, no comprendo para que sirve el establecimiento de una serie de normativas si no se aplican en la práctica. Una vez más la teoría está más avanzada que la práctica y se confirma el hecho de que nos queda mucho camino por recorrer, así que pronto tendremos la gran oportunidad de dar nuestros primeros pasos en esta larga andadura por lo que espero que recordemos todos estos momentos y sepamos tenerlos en cuenta.


 


Aquí os dejo dos enlaces de referencia:


Yo misma...

Mi foto
-Estudiante de Trabajo y Educacion Social en U.Pablo de Olavide. -Corresponsal Juvenil del Area de Juventud del Ayuntamiento de Los Palacios.
 

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