sábado, 12 de febrero de 2011

SUPERANDO LAS BARRERAS DE LA INTELIGENCIA (parte I)

El pasado 20 de enero de 2011 tuvo lugar durante la sección habitual de intervención el comienzo de las exposiciones, ya que como comente en otra ocasión este segundo cuatrimestre versará sobre la puesta en común de las diversas temáticas trabajadas por los diferentes grupos. De esta manera recaerá sobre el propio alumnado la responsabilidad de dirigir la clase.

Esta nueva metodología que desarrollaremos hasta finalizar el curso tuvo su inicio o punto de salida con el tema titulado “Superando las barreras de la inteligencia”, trabajado por el grupo compuesto por Francisco Montes, Carmen Morillo, Esther Morillo y Ángela Ortega.

Las personas “superdotadas” popular y comúnmente conocidas por toda la población como aquellas personas cuyo cociente intelectual supera la media, conforman un colectivo que también son objeto de nuestra intervención y requieren de una atención especializada, debido a sus necesidades educativas especiales (NEE). Los niños con Necesidades Educativas Especiales son aquellos que en comparación con sus compañeros se encuentran por debajo o por arriba en cuanto a habilidades cognitivas y requieren que se incorporen a su proceso de aprendizaje apoyos especiales o extraordinarios, para que el currículum básico se adapte a ellos.

De hecho, esta cuestión se encuentra recogida de manera legal en la ley española de educación de 1990 (LOGSE) que incorpora el concepto de necesidades educativas especiales. Este término datado de los años 60 se populariza a través del Informe Warnock en los 80, pero es ya en la ley educativa actual la LOE 2/2006 del 3 de mayo la que aborda en su título II al ACNEAE (alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo), haciendo alusión de manera implícita a las personas con altas capacidades intelectuales.

Así pues el artículo 71.2 contiene:
“Corresponde a las Administraciones educativas asegurar los recursos necesarios para que los alumnos y alumnas que requieran una atención educativa diferente a la ordinaria, por presentar necesidades educativas especiales, por dificultades específicas de aprendizaje, por sus altas capacidades intelectuales, por haberse incorporado tarde al sistema educativo, o por condiciones personales o de historia escolar, puedan alcanzar el máximo desarrollo posible de sus capacidades personales y, en todo caso, los objetivos establecidos con carácter general para todo el alumnado”.

Tras este pequeño hincapié retomaremos la cuestión que en esta entrada nos atañe siendo importante recordar que este hecho no ha sido siempre así, por lo que el concepto de personas con altas capacidades intelectuales es un término reciente. A lo largo de la historia se han utilizado expresiones como niños precoces, prodigios o talentosos para hacer referencia a personas con ciertas cualidades ante los que se mostraba una serie de estereotipos y prejuicios. Falsas creencias mucho más allá de la realidad por las que la sociedad pensaba que se trataban de niños brillantes, con un rendimiento escolar impecable, un currículum académico inmejorable y una buena red social. Sin embargo una vez más la realidad supera la ficción y a pesar de tratarse de un grupo heterogéneo de conocidas características por su esfuerzo, concentración y perfeccionamiento en el trabajo, la constancia en la tarea y su actitud activa ante el aprendizaje, si sus necesidades no son satisfechas y no reciben una adecuada estimulación pueden sufrir numerosas problemáticas. Siguiendo a Genovard y Castelló, 1990, “la mayoría de los casos de niños y niñas excepcionales topan con un contexto no ajustado a sus necesidades”.

Así pues estos niños, como bien expusieron mis compañeros y siguiendo la Teoría de los Tres Anillos o del Triple Enriquecimiento de J.S. Renzulli (1978) no solo presentan alta capacidad intelectual sino que además son creativos y muestran un gran compromiso, interés e implicación en la tarea, pero si no se les atiende puede producirse fracaso escolar debido a su desmotivación y además pueden convertirse en objeto de bullying. Además entre otras problemáticas se encuentra la escasez o el difícil acceso a los recursos destinados a este colectivo, la falta de habilidades sociales y el desequilibrio entre su desarrollo intelectual y emocional conocido como Síndrome de la Disincronía, así como el llamado efecto Pigmalión Negativo producido por los desequilibrios al interactuar con el medio social debido a las expectativas generadas por el entorno. De hecho varias de estas características y problemáticas como la desmotivación y el acoso escolar pueden apreciarse en el vídeo que expusieron en clase “Al este de la campana de Gauss”, donde una niña llamada Ena de ocho años cuenta su propia experiencia.

Por lo tanto factores como la visión negativa a lo largo de la historia, la constante presencia de múltiples prejuicios y estereotipos, la ausencia de conciencia de grupo, la inadecuación del sistema educativo, la falta de recursos y la confusión de la superdotación con la hiperactividad, sitúan a este colectivo en una posición de riesgo de exclusión.

No obstante, considero preciso recalcar e incidir utilizando las palabras de Esteban Sánchez Manzano, director del Instituto Europeo de la Superdotación, en el informe “Los Niños superdotados: una aproximación a su realidad”:

 
“ser superdotado no es un problema si se atiende adecuadamente al niño desde su infancia. Estos niños se adaptan mejor que los demás y son buenos en sus relaciones sociales, salvo raras excepciones”.

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-Estudiante de Trabajo y Educacion Social en U.Pablo de Olavide. -Corresponsal Juvenil del Area de Juventud del Ayuntamiento de Los Palacios.
 

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