domingo, 19 de junio de 2011

IV Seminario Alcoholismo: ANCLAJE.

El quinto y último seminario de esta asignatura de intervención esta vez giró sobre “Los problemas del alcoholismo”, concretamente vino de la mano y a través de la práctica de la Asociación ANCLAJE. Así pues, durante esta sección pudimos disfrutar de esta nueva temática que aunque conocida bien por todos, nunca se había tratado en profundidad ni se le había dedicado tanto espacio de tiempo. Por lo que me alegro de tener la oportunidad de indagar más sobre los problemas acarreados por el alcoholismo y las medidas llevadas a cabo para su intervención, puesto que se trata de una temática popular, muy cerca de todos nosotros y que a su vez conlleva graves factores de riesgo los cuales en numerosas ocasiones son subestimados.

Así pues debemos comenzar comentando la aceptación social de la que goza y disfruta esta sustancia como es el alcohol en nuestro país, de gran tradición vinícola considerado pues parte de la cultura española y estando presente incluso en la vida diaria de muchas personas así como en cualquier celebración. Y es que el alcohol y el tabaco a pesar de ser dos tipos de drogas no solo se encuentran legalizadas sino que su consumo está bien visto en nuestra sociedad, siendo las dos sustancias más consumidas en nuestro país y fomentadas por las propias familias. Desde los años 90, se produjo un cambio en el perfil de los consumidores extendiéndose a los espacios de ocio de manera generalizada, disminuyendo la edad de inicio y siendo considerado para muchos jóvenes y adolescentes como un rito de entrada en la vida adulta y de integración en el grupo. De esta manera el alcoholismo no afecta solo a grupos marginales, vulnerables o excluidos sino que es una cuestión que rodea a todas las clases sociales, a personas que se encuentran completamente integrados a nivel social, familiar y laboral, y a todas las edades tanto jóvenes como adultos. El alcohol disfruta de buena acogida, aunque los problemas derivados de su consumo abusivo son múltiples y variados, por lo que en función de la edad se producirá unos u otros como fracaso escolar, violencia, accidentes de tráfico, debilitamiento relaciones personales, perdida del trabajo, daños en la salud, etc.

Es importante saber bien de lo que estamos hablando en todo momento pues mi intención nos es crear una alarma social o hacer ninguna prohibición, es un hecho mucho más complejo del que debemos estar concienciados, conocer todas sus facetas y sus posibles consecuencias y una vez estemos bien informados decidir libremente bajo nuestra responsabilidad, puesto que es precisamente esto último lo que se pretende desde la mayoría de las campañas emitidas desde las administraciones públicas promover un consumo responsable de alcohol. Para ello debemos diferenciar antes que nada los conceptos de uso, abuso y dependencia, términos definidos en mi entrada sobre adicciones pero que volveré a reflejar y plasmar en esta ocasión ya que fue un asunto en el que insistió mucho la exponente, trabajadora social de la Asociación ANCLAJE:

USO: consumo en el que, por el tipo de sustancia consumida, por la cantidad, o por las circunstancias en las que se produce el consumo, no son probables consecuencias negativas inmediatas sobre la persona y/o entorno. Se produce de manera esporádica, de manera casual, por curiosidad o búsqueda de sensaciones y sin aparentes consecuencias en su vida laboral, escolar o sentimental.

ABUSO: entendemos por abuso, un uso inadecuado, susceptible de comprometer física, psíquica y/o socialmente la evolución de la persona o de su entorno. Existen daños peligrosos para la salud y consecuencias sociales, su práctica supone un riesgo añadido dado el incumplimiento de normativas y obligaciones, produciéndose una pérdida de control que incapacitan su abstinencia.

ADICCIÓN: aquellos casos en los que tras un período de contacto o consumo variable, se prioriza la relación con la sustancia o actividad frente a otras conductas consideradas más importantes con anterioridad. Se convierte en un eje central en la vida del sujeto, que ocupa la mayor parte de su atención y de su tiempo de manera obsesiva y compulsivamente. Presenta una imposibilidad absoluta de abstinencia, con dependencia física y psicológica. Llegados a este punto se convierte en un enfermedad primaria que alcanza a afectar todas las áreas de la vida.

Así pues, la Organización Mundial de la Salud (OMS) denomina en la actualidad al alcoholismo como “síndrome de dependencia del alcohol”, siendo además incluido en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10). Concretamente según criterios de la OMS el alcoholismo forma parte de la categoría denominada “Trastornos mentales y del comportamiento debidos al consumo de sustancias psicotropas”, y hace alusión al alcoholismo así:

“La dependencia es un conjunto de fenómenos conductuales, cognitivos y fisiológicos que pueden aparecer después del consumo repetido de alcohol. Estos fenómenos típicamente incluyen deseo intenso de consumir alcohol, dificultad para controlar el consumo, persistencia del consumo a pesar de las consecuencias perjudiciales, mayor prioridad al consumo frente a otras actividades y obligaciones, aumento de la tolerancia al alcohol y abstinencia física cuando el consumo se interrumpe” (Thomas F. Babor. 1993. Cuestionario de Identificación de los Trastornos debidos al Consumo de Alcohol).
La Clasificación Internacional de Enfermedades establece los siguientes criterios para identificar los síntomas de dependencia del alcohol, los cuales deben darse o producirse tres o más de ellos estando presente al menos durante un mes:

• Deseo intenso o vivencia de una compulsión a consumir alcohol.

• Disminución de la capacidad para controlar el consumo de alcohol, unas veces para controlar el inicio del consumo y otras para poder terminarlo o para controlar la cantidad consumida.

• Síntomas somáticos de un síndrome de abstinencia cuando el consumo de alcohol se reduzca o cese, cuando se confirme por: el síndrome de abstinencia característico del alcohol o el consumo de la misma sustancia (o una muy próxima) con la intención de aliviar o evitar los síntomas de abstinencia.

• Tolerancia, de tal manera que se requiere un aumento progresivo de la dosis de alcohol para conseguir los mismos efectos que originalmente producían dosis más bajas.

• Abandono progresivo de otras fuentes de placer o diversiones, a causa del consumo de alcohol, aumento del tiempo necesario para obtener o ingerir el alcohol o para recuperarse de sus efectos.

• Persistencia en el consumo de alcohol a pesar de sus evidentes consecuencias perjudiciales.
Por lo tanto, cuando hablamos de personas con problemas de alcoholismo nos estamos refiriendo a aquellos sujetos que tienen una dependencia real al consumo de alcohol. Una alteración en la definición de salud propuesta por la OMS por lo que sufre alteraciones en su bienestar físico, psíquico y social. Me gustaría resaltar personalmente varias frases trasmitidas por la ponente que me causaron un gran impacto, estando llenas de contenido y de un gran mensaje del que no debe privarse a la sociedad en general. Por lo que veo oportuno que sus palabras traspasen las cuatros paredes del aula donde tuvieron lugar y voy a otorgarle un espacio en mi blog. Estas fueron las siguientes:

  • El alcoholismo, no es un vicio, sino una enfermedad”.
  • “Entendemos el alcoholismo como una enfermedad crónica”.
  • “El alcohol es la droga más antigua de nuestra cultura”.

Estas frases hicieron mella en mí y su significado como se suele decir popularmente “me calo”. Y es que de manera extendida la mayoría de la población considera los problemas del alcohol un vicio, no son conscientes del alcance de esta sustancia y de los efectos tan dañinos y perjudiciales para la salud que pueden contener. Así pues, llega un momento que las personas que sufren dependencia al alcohol no son autónomas de sus actos, sino que se convierte en un deseo imparable, en una necesidad y por tanto en una dolencia, siendo desarrollada la idea de alcoholismo como una enfermedad en 1960 por Jellinek en su libro “The Disease Concept of Alcoholism”. Se considera el alcoholismo una enfermedad porque durante su fase activa provoca deterioro en todas las áreas del individuo, no existe una curación total sino una recuperación la cual en ocasiones resulta imposible debido al nivel tan avanzado y el grado de gravedad en el que se encuentra el sujeto. De hecho las personas que consiguen recuperarse y salir de ese agujero negro el resto de sus vidas van a llevar ese equipaje, pues tendrán que mantenerse en absoluta abstinencia para evitar la recaída, la cual es una fase lógica dentro del proceso de rehabilitación. Serán ex alcohólicos que siempre deberán mantenerse firme en la elección de reinserción que han elegido. Por ello se decide que es una enfermedad crónica que los acompañara a lo largo de toda vida, y aunque no mantengamos esa visión ante su consumo dada su tradición histórica en nuestra cultura se trata de una droga legalizada, bajo ciertos intereses al igual que el tabaco, pero no deja de ser una droga. Una sustancia tóxica cuya ingesta provoca una alteración en el organismo, alterando los circuitos cerebrales que intervienen en el autocontrol y creando adicción.

Sin embargo en la actualidad parece ser que existe una mayor concienciación al respecto por parte del gobierno y las administraciones públicas, así como el mayor número de asociaciones que están participando con el estado en la sensibilización ciudadana. Así pues se están tomando medidas para la prevención del uso abusivo del alcohol, para aumentar la edad de inicio y concienciar a la sociedad de los riesgos que conlleva. Prueba de ello son las diferentes campañas puestas en marcha como el lema “Si bebes no conduzcas” puesta en marcha por la Dirección de General de Tráfico (DGT) para intentar evitar el binomio alcohol-conducción. O la campaña que presento junto con la Asociación de Cerveceros Españoles “la carretera te pide sin”. Además han aumentado los controles de alcoholemia en las carretas, las sanciones de tráfico o la retirada del carnet por un alto nivel de alcoholemia. El desarrollo de campañas de prevención contra el consumo de alcohol en la enseñanza primaria o la utilización de los medios de comunicación para emitir dichas imágenes y difundir su mensaje. Además se ha prohibido la venta de alcohol a menores de 18 años, se exige licencia a los establecimientos, no se puede beber alcohol en la vía pública y por tanto el gobierno realizo “Ley anti botellón”. Además siguiendo esta misma línea ha subido los impuesto del tabaco encareciendo su precio y haciendo menos asequible, además de aprobar la famosa y polémica “Ley anti tabaco”.

Según el estudio realizado por la universidad Carlos III “las bebidas de alta graduación suelen ser las protagonistas en las noches de muchos jóvenes que salen a divertirse durante los fines de semana. Un 43% de los jóvenes sólo ingiere ese tipo de bebidas en fines de semana, un 12% se inclina por bebidas de graduación media como vino o calimocho y apenas un 8% se apunta a la bebida con menos graduación como es la cerveza”.

Es verdad que existe un alto consumo de alcohol por parte de toda la población en general pero gracias la eficiencia de algunas de las medidas aplicadas se está consiguiendo reducir las tasas de alcoholismo. Así pues con lo que respecta a las prácticas de alcohol y tabaco las últimas encuestas disponibles muestran tendencias generales a la reducción del consumo. El porcentaje de estudiantes de catorce a dieciocho años que fuma diariamente ha pasado del 21,5% en 2004 al 14,8% en 2006, aunque todavía sigue siendo un índice de proporción elevado. También ha descendido el consumo de bebidas alcohólicas entre los jóvenes y entre la población adulta, aunque ha se mantiene la frecuencia de episodios de consumos intensivos, las conocidas como borracheras. Debemos destacar que el consumo abusivo del alcohol por lo general se produce fundamentalmente en relación con las bebidas alcohólicas destiladas, las cuales poseen una gran concentración de alcohol y que además con mezcladas con refrescos (bebidas carbónicas) que refuerzan su efecto intoxicador. Los efectos de su uso abusivo son morbilidad, mortalidad y otros costes sociales y sanitarios.

No obstante considero que todos los agentes sociales que intervienen en materia de prevención del abuso en el consumo de alcohol hacen demasiado hincapié en la conducta de los jóvenes, puede quizás que resulte la práctica más visual a simple vista al producirse en la mayoría de ocasiones de manera congregada en las conocidas botellonas celebradas en la calle. Pero creo que se trata de un problema de salud que afecta a toda la población y como resultado de este hecho deberían hacerlo manifiesto a todos los ciudadanos y no responsabilizar exclusivamente y de manera genérica a toda la juventud. Este inciso hace que la población joven se rebele ante la falta de respuestas ante esta misma conducta en los adultos, existiendo además buena parte de ellos que no se sienten identificados con estos porcentajes. Deberían por lo tanto no otorgar tanto peso y de manera tan específica al abuso del alcohol en los jóvenes a través de las noticias en televisión, los informes o estadísticas, y hacerse mejor eco de aquellas buenas prácticas desarrolladas por este mismo grupo de edad que son muchas y dar a conocer la cantidad de posibilidades y recursos que tienen a su alcance. Así pues, existen numerosas asociaciones juveniles y según datos estadísticos del informe del INJUVE (Instituto de la Juventud), 2007, un 52% de jóvenes españoles participan actualmente o han participado en algún tipo de asociacionismo. Además a nivel autonómico contamos con el IAJ (Instituto Andaluza de la Juventud) así como con INTURJOVEN dos organismos que se ocupan de proporcionar medidas saludables, de ocio alternativo y orientación profesional.

Esta es la línea que pienso que se debería de seguir para reducir los riesgos y peligros del alcoholismo haciendo especial hincapié en la importancia de la prevención y de proporcionar medidas atractivas e interesantes que supongan una alternativa saludable de la que puedan gozar el mayor porcentaje posible de la población. Por lo que prevenir a las nuevas generaciones, realizar campañas de prevención, informar a toda la población, ofrecer alternativas posibles y saludables, trabajar por la reinserción que tienen la enfermedad del alcoholismo y trabajar con su entorno familiar serán algunas de las actividades que se deben llevar a cabo dentro de este ámbito. Ahora bien, entre los profesionales que deben participar en el desarrollo de las distintas intervenciones se debe encontrar el educador social quien deberá ejercer las siguientes funciones o tareas bajo mi parecer, ya que durante la sección del seminario se apuntaron aquellas que son propias del trabajador social, pero una vez más la figura del educador parece no estar muy consolidada:

- Diseñar programas de prevención comunitaria.

- Desarrollar campañas escolares de sensibilización y concienciación.

- Equipo de trabajo interdisciplinar (Psicólogo, Trabajador Social y Educador Social) en el tratamiento terapéutico de personas con problemas de alcohol.

- Coordinación con el resto de profesionales.

- Mediar entre el centro, la familia y el usuario.

- Reeducar los patrones de conducta y comportamiento (desaprender lo aprendido).

- Mostrar hábitos saludables y otras alternativas.

- Trabajar con las familias o entorno más cercano si fuera necesario.

Existen multitud de programas como “Programa Red de Artesanos” para personas con alguna adicción en proceso de reinserción social aprendan un oficio en talleres trabajadores manuales y en pequeñas y medianas empresas, o el “Programa Arquímedes” para fomentar la contratación de personas que ha tenido alguna adicción. Además existen multitud de recursos de apoyo destinados a la ayuda de este colectivo como puede ser:

  • Centro de Tratamiento Ambulatorio: programas no residenciales, es decir, que las actividades de evaluación, desintoxicación, o deshabituación se realizan en centros a los que acude el usuario desde su lugar habitual de residencia.

  • Centros de Día: Persigue la adaptación normalizada mediante un tratamiento de atención intensiva, continuada y sin separación del usuario del medio familiar a través de acciones terapéuticas, formativas, culturales, deportivas, psico-socio-educativas, de inserción laboral, de ocio y de tiempo libre. El objetivo es fomentar el aprendizaje en habilidades sociales, de la capacidad relacional y laboral, es decir, de facilitar la integración social mediante actividades relacionadas con las siguientes áreas: terapéutica, formativa y lúdica.

  • Comunidades Terapéuticas: Se trata de un recurso asistencial de gran exigencia, de carácter residencial que incluye una amplia intervención sanitaria y social. Están destinadas a proporcionar un tratamiento de deshabituación en régimen residencial con el fin de favorecer su reinserción mediante actividades de asistencia médica, psicológica y social, formativas y de ocio y tiempo libre, así como la coordinación con servicios sociales y el seguimiento de los resultados obtenidos.

  • Centros de Encuentro y Acogida: Se trata de un recurso diseñado para afectados por una elevada degradación personal, familiar y social, es decir, de un gran nivel de marginalidad o que no se adaptan al estado de abstinencia. Su función es atender las necesidades básicas como alimentación, higiene, descanso y acercamiento humano. El objetivo es lograr una mejor calidad de vida de los usuarios y reducir el riesgo asociado al consumo, y para ello, además de proporcionar la satisfacción de las necesidades básicas, se desarrollan actividades como atención individualizada, valoración de la problemática, información sobre los recursos existentes, intervención psicosocial y jurídica, acciones de reducción de daños, derivación a otros recursos sociosanitarios, etc.

  • Viviendas de Apoyo al Tratamiento y Reinserción: El objetivo es que personas que han desarrollado previamente un tratamiento de desintoxicación y deshabituación, desarrollen estrategias aprendidas para poder autogestionarse en el plano personal, social y laboral

  • Unidades Hospitalarias: Se trata de un recurso asistencial ubicado en los centros hospitalarios y atendido por equipos multidisciplinares. Su objetivo es la desintoxicación física. Se trata de un recurso de carácter residencial, ya que el usuario debe permanecer durante un corto período de tiempo en un hospital. Se trata de un recurso destinado a personas con un perfil muy específico.

Por lo tanto hay un claro compromiso de la sociedad con este colectivo y prueba de ello es además el marco legislativo que lo ampara. Concretamente desde nuestra Comunidad Autónoma la Ley 4/97, de 9 de julio, de Prevención y Asistencia en materia de Drogas, aprobada por unanimidad de los grupos del Parlamento de Andalucía, constituye el marco normativo que regula todas las medidas dirigidas a la prevención, atención, incorporación social, coordinación y participación en materia de drogodependencias en Andalucía. De forma explícita se incluyen en esta norma el tabaco y las bebidas alcohólicas como drogas institucionalizadas. Además, la Ley 4/97 plantea algunos elementos novedosos como la prevención comunitaria, la respuesta a los problemas derivados del juego patológico, la reserva del puesto de trabajo a los drogodependientes en tratamiento y la creación del Consejo Asesor en Drogodependencias. También se establecen nuevas limitaciones a la publicidad, venta y suministro de tabaco y bebidas alcohólicas, entre las que destaca la protección a los menores, pues se ha aumentado hasta a los 18 años la edad mínima para la venta y suministro de tabaco y alcohol en Andalucía, medida comentada anteriormente a lo largo de la entrada como estrategia de prevención.

Como conclusión final personalmente considero que se trata de un tema muy complejo que copa gran peso en la sociedad por lo que resulta mucho más necesaria y urgente su intervención. Hablar de alcohol debe de ser una cuestión prioritaria ya que es una droga legalizada, al alcance de cualquiera, que es socialmente aceptada y es su consumo está bien visto por lo que conlleva multitud de factores de riesgo si no se toman medidas al respecto que permitan un uso responsable de esta bebida. Por ello creo que en este espacio como futuros trabajadores y educadores sociales tenemos un campo de inserción laboral con mucho trabajo por hacer, puesto que se debe trabajar fundamentalmente desde la prevención y concienciación ciudadana especialmente con los menores. De esta manera conseguiremos así una ciudadanía o población más formada, responsable y consecuente de sus actos, una nueva generación más saludable que opta por otras alternativas y vías de ocio o diversión, ocupando su tiempo libre en el desarrollo de actividades fructíferas. Evitaremos males mayores, reduciremos riesgos y ganaremos todos en bienestar y calidad de vida, de ahí la suma importancia del desarrollo de este tipo de medidas. Ya se están produciendo los primeros pasos pero aún queda un largo camino por delante.



“La gente huye del cólera, y sin embargo no se aparta del alcohol, que es una plaga que produce muchísimo más daño”

                                                                                                                                           Balzac.

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-Estudiante de Trabajo y Educacion Social en U.Pablo de Olavide. -Corresponsal Juvenil del Area de Juventud del Ayuntamiento de Los Palacios.
 

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