viernes, 7 de enero de 2011

Lectura Tema 3 (parte I)

     El 16 de diciembre de 2010 la clase trató sobre el contenido de las lecturas correspondientes esta vez al tema 3, acerca del proceso de socialización.

     La socialización es el proceso por el que el entorno influye sobre el comportamiento de los individuos que viven en ese espacio o contexto. Como hemos comentado en anteriores ocasiones y entradas según Ventosa (1990) la socialización:

“es el proceso, que desde la infancia hasta la edad adulta, sigue el hombre con el fin de ser un individuo equilibrado, responsable y un miembro eficaz de su sociedad. Comprende el proceso de incorporación de los principios, normas y valores de su cultura, el proceso de aprendizaje de los conocimientos y de las técnicas que le permitirán estar a la altura de la comunidad”.

     Ahora bien, a lo largo de la historia la relación entre individuo y sociedad ha sido un tema constante de gran discusión. Por lo que hasta qué punto el comportamiento de una persona está determinado por su herencia biológica e innata, o hasta donde está influenciado por la sociedad, el entorno o contexto en el que se sitúa. Ante estas cuestiones se plantean dos corrientes:

  • Innatismo: según esta postura el comportamiento humano viene determinado al nacer. Por lo que la herencia genética definiría los patrones de conducta de los individuos, condicionando por tanto la biología a la persona.
  • Ambientalismo: es la corriente que atribuye al entorno la responsabilidad de la conducta de los individuos. La influencia que el entorno, contexto o cultura ejerce sobre el comportamiento de las personas. Incluso la postura más extrema de esta corriente considera que el individuo es una tabula rasa en el que la sociedad va escribiendo, un recipiente vacío que se va llenando.

     En cuanto al innatismo ha hecho en ocasiones un uso fraudulento de la teoría de Darwin, lo que se ha llamado darwinismo social, por el que los individuos mejor adaptados ocupan las posiciones más altas siendo la estructura social el resultado de la supervivencia y selección natural. Por lo tanto esta corriente llevada a su extrema interpretación daría lugar a la perdida de responsabilidad del individuo sobre sus actos, consecuencia compartida también por la posición ambientalista en el sentido de que estos actos se justifican como inducidos por la sociedad, por lo que las conductas antisociales serían producto de la sociedad.

     Ahora bien tanto las corrientes innatistas como ambientalistas ejercen una gran influencia en las intervenciones educativas, siendo la consecuencia más evidente de la primera el pesimismo pedagógico y de la segunda postura la falacia ecológica. El pesimismo ecológico hace referencia al hecho de que no se puede hacer nada para cambiar la conducta de un niño, por lo que pretender cambiarla a través de la educación es imposible. Mientras que la falacia ecológica se refiere a la atribución del efecto lineal entre las características de la sociedad y la de los individuos, cayendo en este caso todo la responsabilidad en el entorno del sujeto. Aquí se encuadraría el refrán popular conocidos por todo de “dime con quién andas y te diré como eres”. Pero si nos paramos a pensar un instante, esta postura carece totalmente de sentido y lógica puesto que ser así, no se explica porque personas que comparten la misma sociedad, entorno, barrio e incluso vivienda se comportan de diferente manera y presentan incluso conductas contrarias. Este aspecto solo se podría explicar por la influencia ejercida a nivel individual, es decir, por la personalidad o carácter de la propia persona.

     Por lo tanto como ningún extremo nunca es bueno, ni en la corriente innatista ni en la corriente ambientalista encontramos la respuesta sobre el comportamiento humano. Debemos tener muy claro como futuros educadores y trabajadores sociales que ninguna de las dos posturas en sus extremos son ciertas, puesto que de ser así no tendría sentido nuestra intervención. Debemos evitar ambas posturas deterministas y abogar por la influencia de ambos factores en el resultado de la conducta de un sujeto. De esta manera, la intervención socioeducativa contempla la posibilidad de rehabilitación de los individuos, modificando su conducta fruto de la acción individual y de los estímulos ambientales.

     Retomando el tema inicial de la socialización decir que es utilizado para definir el proceso de incorporación del individuo a la sociedad. Se trata de construir la propia personalidad de la persona a través de valores, señas y símbolos, fruto de la necesidad que tiene el individuo de vivir en grupo para poder desarrollarse ejerciéndose así el control social. De esta manera las personas adquieren el sentido de la identidad, al identificarse y verse reflejado con un colectivo. Pero se trata de un proceso complejo, llevado a cabo a través de la socialización del individuo que se basa en la influencia ejercida por los referentes y los roles que éstos desempeñan.

     Los roles son los papeles definidos socialmente e interpretados por los individuos, dando lugar a situaciones y conductas tipificadas. Son rutinas que tipifican y categorizan las situaciones sociales y los roles que se adecuan a las mismas, por lo que se establecen una serie de pautas mínimas compartidas por la mayoría de la sociedad que responden a las expectativas de dicha conducta. En el caso de no responder a los patrones esperados tendría que intervenir los mecanismos de control social. Por lo que los diferentes roles ejercidos por el individuo son los que van configurando su personalidad y están en la base del proceso de socialización. Así pues, un momento crucial en dicho proceso es el cambio y adquisición de un nuevo rol o papel a través de un ritual de paso. Este ritual conlleva la asimilación por parte del sujeto del abandono de un rol y por tanto de un tipo de comportamiento, así como la adquisición de un nuevo tipo de conducta que responda a lo que la sociedad espera de éste, además del reconocimiento público por parte de la comunidad.

     Ahora bien, la socialización según estas indicaciones sería un sistema basado en la adquisición de roles. Pero si no se cumplen las expectativas esperadas de un comportamiento ante una situación determinada falla la interacción y los mecanismos de relación al no adaptarnos a los nuevos roles y responder a las exigencias sociales. El problema se encuentra en el tipo de referentes que se proporciona a una persona que está iniciando su proceso de socialización a edades tempranas, qué roles se les muestra y en qué contexto está creciendo. Así pues y de manera generalizada, este sujeto tomará como referente los modelos que ha tenido, considerará como algo “normalizado” y “aceptable” las conductas y los comportamientos desempeñados por sus referentes, repitiendo en la mayoría de los casos dichos roles ya que no conoce otros, aunque no es así siempre. De ahí que algunos niños que han visto el maltrato de pequeño repitan dicha conducta o todo lo contrario, así como la posibilidad de que una persona que no ha tenido contacto con esta acción la desarrolle por diferentes motivos. Por eso mismo, los profesionales del ámbito social tenemos que trabajar con todas las personas y es más difícil desaprender lo aprendido mientras más afianzado esté ese comportamiento, así que es preferente trabajar desde la prevención y en las primeras etapas.

(Imitación de roles:)


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-Estudiante de Trabajo y Educacion Social en U.Pablo de Olavide. -Corresponsal Juvenil del Area de Juventud del Ayuntamiento de Los Palacios.
 

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